Heroicas mujeres en todas las dependencias del Hospital de Clínicas

Cada 24 de febrero se recuerda el Día de la Mujer Paraguaya y desde el Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, a través de breves notas a algunas colaboradoras, hacemos extensivas las felicitaciones a todas las heroicas paraguayas. Ellas cada día, desde el lugar que les toca, ponen lo mejor de sí para brindar un servicio y lograr su empoderamiento.

Una de las mujeres es Doña Teodora de 66 años de edad, que como desde hace poco más de dos décadas, desde la cocina del hospital escuela ayuda cada día a realizar el almuerzo, entre 350 a 400 platos, para los pacientes internados y funcionarios que cumplen guardia de 12 horas. Su talento le ayudó a criar sola a sus dos hijos, quienes actualmente ya son mayores de edad.

Es una de las tantas mujeres del campo que emigró a las grandes urbes en busca de mejores oportunidades. Es así que a los 16 años vino desde Chore (Departamento de San Pedro), siendo su primer empleo el de  doméstica en casa de familia. Insta a las mujeres a identificar sus cualidades y a no darse por vencidas, porque de esa manera podrán salir adelante.

Por otro lado, históricamente el cargo de guardia de seguridad viste “pantalones” pero la equidad de género y el derecho de las mujeres a ser cuidadas y respetadas también impone que las féminas vayan ganando terreno en esta delicada profesión. En este sentido, Claudia Margarita Patiño Portillo de 32 años, madre de dos hijos de dos y nueve años, acompaña este trabajo cotidiano sirviendo más bien de guía a pacientes y familiares que no conocen bien las dependencias del hospital.

Aprovechó este día especial para animar a las paraguayas a ir ganando espacios laborales, con responsabilidad y capacidad. “Tanto las mujeres como los hombres podemos desempeñar las misma funciones y responsabilidades”, acotó.

Capacitación, clave para lograr objetivos

Cinthia Carolina Zorrilla 37 años, lleva 15 años de permanencia en la institución, empezó como contratada y luego concursó como siete veces para ingresar como personal permanente a los 23 años. Empezó en la antigua sede de Sajonia, en la central telefónica, luego fue al Departamento de Mantenimiento como secretaria y al cabo de días ya se convirtió en secretaria de la dirección médica hasta octubre del 2021, ya que luego le ascendieron como coordinadora de Dirección de Administración y Finanzas, a cargo de la Lic. Mónica Agüero, quien le pidió trabajar con ella.

El ascenso se debió a que conoce todos los manejos administrativos del hospital escuela y de la FCM, ya que siempre se capacitó y se recibió de licenciada en administración de empresas no hace mucho, porque primero tuvo que dedicarse a sus cuatro hijos, dos de ellos gemelos. “Todo se consigue con esfuerzo, con capacitación, una no debe perder la fe en una misma y lo más importante es que hay que valerse por sí misma, no depender de un hombre, que le pasa a muchas mujeres que al separarse quedaron postergadas y con muchas necesidades”, afirmó.

Personal sanitario

La doctora Norma Arévalos Galeano, soltera con dos hijos, cumple una importante función como médica del Departamento de Nefrología Adulto donde su profesionalismo y carisma especial hace que se gane la confianza y aprecio de los pacientes, muchos de ellos en lista de trasplantes de riñón y otros 138 que ya recibieron un implante. Empezó a trabajar en el Hospital en el año 2018. En cuanto a sugerencias y consejos para las mujeres insta a amarse así mismas para lo cual enfatizó en la importancia de tener buena actitud, hacer ejercicios, vivir el momento, tener metas claras, a mantener el buen humor, cultivar buenas amistades, a perdonar, dar y tener fe en Dios.

“Mujer debes aprender a amarte a ti misma como eres. Solo al quererte puedes abrir el corazón a que te quieran. Creer en ti misma da resultados”, resaltó.

También una tarea fundamental cumplen las auxiliares de enfermería y en pleno apogeo de la pandemia por el covid-19 no fue la excepción. En este sentido la señora Gasparina Díaz viuda de Espínola de 55 años, con unos 20 años de antigüedad, se ofreció a trabajar en la Contingencia Respiratoria, porque muchos tenían miedo y con justa razón, pero su espíritu de servicio y fe en Dios le convencieron de que podía ser muy útil, así fue.

Es que ella estaba acostumbrada a los desafíos, teniendo en cuenta que cuando falleció su esposo, tuvo que suplir esa carencia con sus cinco hijos. Su tarea como auxiliar consistía en apoyar a las enfermeras llevar las muestras de sangre al laboratorio, buscar insumos y medicamentos, así como también realizar tareas de limpieza.

“Yo no soy sana, tengo enfermedad de base como presión alta, por eso tuve que convencerles a los jefes para que me dejen trabajar donde estaban los pacientes con covid. Cuando empecé en Clínicas fue en el Departamento de Ginecología, donde preparaba gasas, y ahora estoy en Dermatología.  A las mujeres les digo que luchen en todo sentido, que Dios siempre está para nosotras, que él no murió en vano, que tengan mucha fuerza”, señaló Gasparina.

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