Un artesano luqueño exporta sombreros de karanda’y a Brasil

VER VIDEO | El tradicional tramado de las fibras de hojas del karanda’y para fabricar los folclóricos sombrero pirí, es un negocio para varias familias en Luque. Don Eladio Agüero hace más de 50 años que trabaja en la elaboración de la artesanía que se transmite de generación en generación. Consultas sobre modelos y precios al (0982) 431 596.

El artesano luqueño, Eladio Agüero, muestra orgulloso el proceso de producción. Hace más de 50 años aprendió el oficio de su padre.

Don Agüero, de 70 años, comentó que los proveedores de la materia prima traen las hojas del Chaco de los distritos Arroyos y Esteros y Nueva Colombia, del Departamento de Cordillera.

Según el artesano, el proceso de elaboración de los sombreros de karanda’y se divide en diferentes pasos porque involucra a más personas que realizan tareas específicas.

Se inicia con la provisión del karanda’y, que está a cargo de proveedores que cortan las palmadas y posteriormente secan al sol durante dos días. Después seleccionan las hojas servibles y ponen al sereno durante unas 24 horas.

Existe toda una cadena de producción, desde el proveedor de la materia prima (karanda’y) hasta el vendedor del accesorio terminado.

Relató que para darle molde al sobrero tiene su proceso, dejando dos a tres horas de noche en el sereno para poder ablandar las fibras para facilitar la terminación y entrega a los clientes.

Agregó que existen trabajos donde algunos sombreros pueden presentar colores o detalles específicos, acorde a los pedidos.

Finalmente, el artesano trabaja la terminación de los bordes con hilo de algodón y alambre para asegurar o “rematar” el tejido.

Según Agüero, este proceso suele ser el más cuidadoso porque deben ser excelentes las terminaciones mediante un planchado correcto.

La máquina trabaja a gas y a electricidad con alta presión para dar moldes a los sobreros para niños y adultos. Don Agüero trabaja en su casa donde tiene su propio taller.

El producto final mucho más fino y con excelente calidad. El precio del sombrero varía de acuerdo a la calidad y modelo.

El artesano luqueño explicó que su producto es muy apreciado a nivel local como internacional, siendo el principal mercado Brasil, a través de acopiadores.

Recordó que el oficio aprendió de su padre hace 50 años. Se mostró orgulloso de su profesión y explicó que con su trabajo de artesanía hizo estudiar a sus cuatro hijos, dos de ellos ingenieros informáticos y dos docentes.

Don Agüero trabaja en su casa donde tiene su propio taller, ubicado en la zona de Cañada Po’í, de la compañía Tarumandy, de Luque.

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