Una ovacionada Berta Rojas ofrece esta noche su último concierto en Asunción

Con la emoción a flor de piel, luego de ser ovacionada por el público que acudió a verla anoche en su primer concierto, Berta Rojas se despide hoy del Teatro Municipal de Asunción, a las 20:30. La gira, que emprendió para presentar su álbum Legado, prosigue en Buenos Aires y Encarnación.

La ocasión vivida anoche, durante el concierto de presentación de Legado, tuvo todos los ingredientes: un álbum nuevo, un reencuentro con el público paraguayo luego de muchos años, tocar con La Rojita en casa y el regreso a un escenario perfecto para este evento: el Ignacio A. Pane.

Esa emoción palpable y visible en Berta, a través de sus palabras y sus gestos, llegó al público con su primera interpretación, Segovia, de la prodigiosa guitarrista francesa Ida Presti, que justamente abre el nuevo álbum Legado, un tributo a Presti y a la argentina María Luisa Anido.

Ese viaje a las emociones siguió creciendo con un nuevo homenaje a Ida a través de Idylle Pour Ida, obra que el compositor, guitarrista y escritor británico John W. Duarte escribió tras el fallecimiento de la francesa. Berta paseaba su mano por el mango de La Rojita con una destreza que impresionaba y que el público acompañó con la mirada y el corazón. El recorrido continuó con Danse Rythmique, composición de Presti.

La concertista paraguaya cerró la primera parte con Sonatina (de tres movimientos), de Federico Moreno Torroba, no incluida en el disco, pero sí en el concierto porque fue comisionada por Segovia. En esta parte, Berta invitó a la gente a escuchar la grabación de Ida Presti porque ella fue la primera en grabarla cuando tenía apenas trece años.

Tras un intermedio, la maestra volvió para la segunda y última parte del concierto, con más magia y sorpresas bajo el brazo. En un tramo explicó que el camino de la historia de la mujer y la guitarra clásica tiene numerosos trayectos y que su aporte es solo una parte, pues todavía queda mucho que investigar sobre otras guitarristas como Enriqueta González o Lalyta Almirón.

En la investigación que Berta emprendió se encontró con la argentina María Luisa Anido, gran virtuosa de la guitarra en su tiempo. “Para que se den una idea, ella tuvo que esperar a que sus padres murieran para aceptar invitaciones que le llegaban y poder salir con su guitarra por el mundo”, contó como algo inconcebible en estos días.

En homenaje a Anido tocó, en calidad de estreno en Paraguay, Anido’s Portrait, una obra en cuatro movimientos (chacarera, zapateado, barynya y salsa), que el brasileño Sergio Assad escribió inspirado en el paseo de Anido por el mundo, luego de que Berta le contara que estaba trabajando en este álbum.

Seguidamente, la concertista explicó que era un privilegio tocar en el Teatro Municipal de Asunción, “cuya acústica es maravillosa”, y pidió permiso al público para mostrar el sonido de La Rojita sin la amplificación del micrófono, “al natural”. “No va a ser igual, pero va a ser muy diferente y espero que muy hermoso”, dijo antes de ejecutar las Tres danzas paraguayas: Ca’azapá, Jha Che Valle y Danza Paraguaya, de Agustín Barrios, nuestro Mangoré.

Los aplausos fueron inmediatos, explosivos y largos, reforzados por varios gritos de “¡bravo!”. Berta seguía sin poder ocultar su emoción. Preguntó a la gente si podía seguir tocando así, sin micrófono. El público no dudó en aceptar el juego del que ya estaba disfrutando. Ese juego de mostrarse así, a corazón abierto. Entonces, llegó la obra maestra cumbre, que siempre es un placer escuchar en vivo de manos de Berta Rojas, La Catedral, en sus tres movimientos.

El programa del concierto explicaba que todo acababa ahí. Pero la ovación de pie y los pedidos de bis dejaron claro que el público no aceptaba el final. Entonces sonó El último canto, obra conocida como Una limosna por el amor de Dios.

“Lo que se hace desde un escenario es compartir un mensaje de música que ustedes reciben y me devuelven. Así se hace la magia”. Eso decía Berta en una parte de la noche, desbordando sencillez y regalando una sonrisa que nunca se borró de su rostro.

El público también dejó sus impresiones al final del encuentro. “Fueron dos horas de meditación. Todo fue divino, pero el cambio de la acústica sin amplificación fue precioso”, señaló Fernanda Granel, una entusiasta asistente. “Es digna de admirar, estuvo excelente”, concluyó Francisco Riveros.

Algunos periodistas, que acudieron a ver a Berta, también dejaron sus opiniones. “Es la primera vez que escucho un concierto con La Rojita sin amplificación y fue genial… Y ese final con Agustín Barrios fue memorable. Berta demostró una vez más lo virtuosa y talentosa que es”, comentó Rino Giret, jefe de Economía de Última Hora.

Para Pedro Gómez Silgueira, jefe de ABC Revista, fue “sencillamente fantástico. Berta nos transmitió esa emoción que sentía ella, ese reencuentro y más todavía con La Rojita. Creo que a la mayoría se nos saltaron lágrimas de emoción y de felicidad. Todo ese patriotismo que ella transmite a través de la música, con su autenticidad, nos llegó al alma”.

El viaje sigue

Esta noche Berta Rojas volverá a presentarse en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane (Pdte. Franco e/ Chile y Alberdi), a las 20:30. Aún quedan entradas en venta a través de Ticketea.

Tras su recital en Asunción, la agenda de Berta continúa en Buenos Aires, Argentina, donde ofrecerá un concierto este domingo 31 de julio, a las 19:00, en el Teatro Municipal Gregorio de Laferrere (Brown y San Martín. Morón Centro). Las entradas se reservan a través del correo [email protected].

Unos días después, la suerte de conocer a Legado de la mano de la propia Berta, le toca a Encarnación. La cita está marcada para el viernes 5 de agosto, a las 20:00, en el Auditorio Central de la Universidad Autónoma de Encarnación (Padre Kreusser entre Honorio González e Independencia). Para este encuentro quedan pocas entradas y también están a la venta en Ticketea. Costo general: G. 70 000.

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